
Mirta Yenny Hincapié Quintana:
Santa Elena a través de mi baile

Nació en San Rafael Antioquia y fue criada en Santa Elena. De niña bailaba encima de los pies de su papá y ha seguido bailando porque lo lleva en la sangre. Ya son 30 años “tirando paso” con los adultos mayores y ahora lo está haciendo también con niños, niñas y adolescentes de sexto y séptimo de bachillerato y con los participantes del proyecto Inspiración Comfama operado por la corporación PAN, que tiene como objetivo inspirarlos a través de la danza, el movimiento y el ritmo; sueña con rescatar la identidad cultural folclórica contada desde la historia dancística, enamorar a los jóvenes para que continúen con la tradición y recuperar las estudiantinas que han marcado una época en el corregimiento
Su mamá es María Yolanda Quintana y su papá Ramiro Hincapié Soto quien a sus 85 años aún maneja carro y cultiva la tierra. “Este jardín hermoso que ven acá lo maneja él, toda esta huerta es mano de mi papá”. Tiene 2 hijas: Marcela Tapias quien canta muy bonito y Estefanía López a quien le gusta el baile, y su hermana es Diana Patricia Hincapié Quintana, actualmente la representante legal y gerente de la cooperativa Multiactiva Coopasana de Santa Elena.

Yenny viene de familia de artistas: cantantes y bailarines. El tío Humberto Quintana fue músico: tocaba la guitarra y cantaba. Todavía vive pero ya no canta. Rodrigo y Aníbal Hincapié (fallecido) hermanos del papá, tocaban la bandola y el tiple; Consuelo y Efrén Hincapié fueron integrantes del primer grupo de danzas de santa Elena, hace aproximadamente 50 años cuando el profesor era Tony Tapias. El tío Sigifredo Hincapié conoce mucho de música: tiene una colección de aproximadamente 300 elepés de toda clase de géneros, bien conservados y clasificados.
Cuando hacían fiesta en la casa, que duraban dos o tres días, aparecían todos los músicos, no había necesidad de invitarlos. Cuando decían ¡hay fiesta donde los Hincapié!, llegaban a la casa que quedaba atrás de donde están ahora, en la parte central de Paysandú, en tiempo pasado sector la Colonia. Era la casa paterna que tumbó un temblor de tierra muy fuerte que hubo hace muchos años ya que era de barro y tapia. Llegaban los músicos que generalmente era de la misma familia, y algunos vecinos más allegados como los Soto, Ignacio Rojas, Oscar Rodríguez, hasta que llegó el tiempo en que el equipo de sonido se apoderó de las fiestas y entonces se fueron acoplando a las nuevas tecnologías.

Luis Enrique Atehortúa (Qepd) Octavio Soto (Qepd) Gilberto Soto
“Yo gracias a Dios tuve una niñez muy muy linda; toda la vida mis papás me apoyaron con el baile pues vengo de una familia muy parrandera, no digamos rumbera, sino parrandera porque se escuchaba esa música de estudiantina que hoy, digamos que para nosotros, es la herramienta que usamos para ese material dancístico que manejo con los abuelos. Esa música que escuchábamos en la casa, fue creando en nuestro cerebro como un dulcecito. Yo aprendí a bailar porque mi papá en la casa siempre ponía un pasillo, un bambuco, un vals, un pasodoble y me decía: montame los pies acá y él me montaba los pies míos en los de él y empezaba a bailar un paso adelante, un paso atrás, un paso al ladito, giraba y eso fue conectando todo mi cerebro y todas mis venas con la danza. Momentos muy bonitos, entonces eso creo que hizo que yo le cogiera ese amor y esa pasión al baile realmente, entonces yo le agradezco eso a mi papá, a la vida, a papá Dios, que es el que me ha dado el don… Participé mucho, siempre toda la vida, yo creo que los que estudiaron conmigo desde que estábamos en la escuela, dicen ahora: ¡Yenny toda la vida te gustó el baile! en la escuela era siempre yo la que los sacaba a bailar, era como la que iba de puntera siempre, era la que ponían adelante.”
La escuela rural Santa Elena quedaba donde está la casa de gobierno ahora y ese lugar se llamaba “El Campín”. Era aproximadamente en los años ochentas. Luego Yenny ingresó al IDEM Santa Elena que quedaba en lo que ahora llaman la parte comercial del parque, donde está la iglesia, los almacenes de variedades, el supermercado y la cafetería de Wilson; allí en cada acto cívico y tardes culturales, ella bailaba, no solo danza folclórica sino los temas que estaban de moda, por ejemplo la música disco, la música del grupo “Menudo.”
En ese tiempo, la cooperativa de Santa Elena, Coopasana, implementó la fiesta del anciano donde se hacía concurso de baile “eso era una cosa deliciosa, ver bailar esos viejos ¡bailaban rico! ¡Mejor dicho le contagiaban a uno esas ganas de estar ahí bailando!”. Luego de eso también Coopasana hizo unos encuentros y concursos de grupos musicales y grupo de danzas. “Hubo de todo en el corregimiento…muchos grupos musicales, y llegaron a ser 12 grupos de danza”.

Grupo danzas adulto mayor “Danzando la vida”
Yenny Lleva 30 años trabajando con los adultos mayores. Lastimosamente hoy, solo existe en el corregimiento, el grupo suyo y el de Fernando Heredia de Barro Blanco. Algunas veces recibió el apoyo de “cultura Ciudadana” hasta hace 4 años que dieron el último; de resto son ellos, los abuelos los que dan un aporte económico y ella los dirige con el amor y la pasión que siempre ha sentido por la danza.




Un día de ensayo
Con los integrantes del grupo, hacen coreografías y planimetrías, se han presentado en el parque Arví, en los eventos de la Feria de las flores del corregimiento, en las fiestas de diciembre, en la biblioteca y en la casa de cultura con la red de cultura ya que ella tiene montada la réplica silletera para parejas de baile.

Replica silletera
Además de bailarina, esta mujer ideó un proyecto llamado “Réplica silletera” con un grupo de proyección en danza integrado por jóvenes y adultos mayores, donde montaron tres canciones de Don Luis Enrique Atehortua.
“La réplica habla de la manifestación de la cultura silletera; es un tema de Don Luis Enrique Atehortúa, que es el himno al silletero y que a nosotros nos pareció importante y bonito plasmarlo en el escenario porque no es fácil, es lento, es un bambuco lento… cuento con la autorización de don Luis Enrique firmada para hacer uso de sus temas, no solamente este sino otros que él escribió para plasmarlos en el escenario y nació con un proyecto de presupuesto participativo que yo me gané …
"Nosotros quisimos sacar esa danza para mostrar que no solamente Santa Elena es de silleta sino que hay otra parte que también es muy importante rescatar la diversidad cultural que tiene ese territorio… que hay músicos, que estamos los bailarines, que hay teatro, que hay poetas, trovadores… también quisimos mostrar la manifestación cultural de la tradición silletera , desde la dancística y mostrar desde el inicio de la siembra de las flores, del armado de la silleta, del amor de la familia por esa tradición que hay aquí …

Otro proyecto que se ganó llamado “cositas de Santa Elena”, fue una idea de Edwin Montoya, su actual pareja de baile, y ella; al sabor de un buen café quisieron hacer un ensamble musical de lo que es danza, música y teatro contando la historia desde cuando era una silla y por qué se convirtió en silleta. Va a empezar hablando de su abuelo paterno José Miguel Hincapié, que fue el que empezó a traer los libros al corregimiento. Se llamaba ‘la silleta viajera’ o la ‘Silla viajera’; él prestaba los libros en la Biblioteca Pública Piloto, los subía en la silleta, luego de llevar los productos de la huerta y las flores a vender, y se los prestaba a los vecinos para que los leyeran.
“Yo creo que de ahí nació en Óscar Zapata que es nieto e historiador, el amor por los libros“
“De Santa Elena retomamos ahí toda la historia de cómo se hace el cargador que venía del fique, y también mostramos la parte de las abuelas que les tocaba ir por la ropa a Medellín, de la ropa de las familias más pudientes, entonces ellas iban por la ropa y la iban a llevar a lavar a la quebrada, ese es el tema de las lavanderas y ellas hacen toda esa muestra de cómo llevaban las talegas, cómo se tiraban al piso a lavar, todo ese tema que a mí me parece supremamente importante que la gente conozca esa parte de la historia, porque aquí nos encasillamos o nos encasillaron en silletas y hay que mostrar esa diversidad cultural que tiene el territorio.”
Bailoterapia
Hace 5 años Yenny creó esta propuesta que nació por esa necesidad de la gente de encontrar un espacio donde relajarse, donde soltar lo del día a día, llenos de estrés, de problemas, angustias, enfermedades. El grupo ha ido cogiendo mucha fuerza, funciona en el salón de Asocomunal, detrás de la biblioteca, los martes y jueves.

“Mi trabajo, no es solamente corporal y rítmico sino que también he ido descubriendo con los años una parte fuerte que tengo es mí don de palabra, una parte que he ido adquiriendo y yo les digo que el baile es sanador, que el baile sana, a través del alma, el cuerpo y el espíritu y con los chicos ha sido muy ganadora porque ellos manifiestan que han logrado estar más concentrados, más atentos, más juiciosos, más responsables. Yo soy muy empática por el respeto: el respeto por sí mismos, por el otro, por la diferencia. Ha sido una bella propuesta de enseñanza y aprendizaje.”
Maestros

Jimmy Bedoya, maestro de la universidad de Antioquia, fue su pareja de baile y maestro, aproximadamente 30 años. José Luis Serna, integrante del grupo hojarasca de quien también ha aprendido mucho, al igual que de Vicky Cano que fue maestra del Folclórico de Antioquia, han sido una guía muy importante en su formación, la que Yenny complementa con la lectura de libros.
“Yo tengo libros acá con los que leo y estudio… yo tengo el que escribió Tony Tapias, es el último sobre la danza folclórica Andina, o sea todo lo que tiene que ver con Antioquia, todo lo paisa, lo que es el porro antioqueño, La marcha y todos esos temas es lo que básicamente escribió…”
Ella cree que si los habitantes de santa Elena abren la mente un poquito, si se abren a aquellas personas que llegan con ideas que pueden enriquecer la expresión artística , se enriquece la cultura del territorio y sus habitantes, pero también se pone en riesgo elementos de la tradición, el patrimonio y la cultura, por lo que cree en la juntanza para la preservación de las manifestaciones culturales del corregimiento, más allá de los silleteros, porque el corregimiento es un territorio culturalmente rico.

Santa Eleneses
Con amor, Yenny procura corregir la expresión “selenitas” porque según google el gentilicio de los nacidos en santa Elena es Santa elenenses.
Para ella, Santa Elena es su vida: “es el paraíso, es naturalmente mágica…Yo soy muy bendecida, muy privilegiada de vivir en este espacio, más en esta casa: yo me levanto y miro a través de mi ventana y veo verde, veo árboles, puedo salir y respirar aire puro y ver este colorido jardín que es hermoso… Santa Elena significa lo que yo ahora defino de mí: danza, baile, eso significa; Santa Elena ha crecido mucho, he visto muchísimos cambios en este territorio que le falta sí, pero creo que es un territorio muy amplio a nivel cultural, porque estoy hablando a nivel general, no solamente de la parte cultural y dancística, sino de todo lo que significa la cultura que eso agrupa a los de gastronomía, escritores y todo esto.”
Hace muchos años, Yenny no recuerda cuántos, participó en el desfile de silleteros con un grupo de jóvenes. Dice ella que la experiencia fue maravillosa, que no la sabe describir. Lamenta que a los jóvenes les falta perseverancia, les va dando pereza y van dejando que los grupos y los proyectos se acaben. Ella cree que quienes la admiran lo hacen por su dedicación con los adultos que son mayores de 60 años, su insistencia con los jóvenes y sus creaciones para conservar la cultura propia del corregimiento. Lamenta también la “invasión” de la ciudad al campo y la tecnología, porque ya no se valora lo que tenemos. Considera que las herramientas tecnológicas son muy útiles si saben utilizar bien y se pregunta qué irá a ser de los jóvenes, sus madres y padres con la inteligencia artificial. Por eso es que considera necesario seguir con su esfuerzo, porque: “es la danza, es el baile lo que me mantiene a mí”.

Su trabajo lo hace desde el amor, desde esa luz que ella sabe que puede transmitir. Sabe que algún día se irá de esta tierra y que no se llevará el conocimiento, quiere entregarlo a quien lo quiera recibir para que lo pueda ampliar y transmitir a las generaciones venideras.
“Santa Elena es esa mujer que ven acá sonriente, alegre, social, servicial, y yo creo que cuando uno cierra los ojos y se ve en este territorio dice: esto es Santa Elena a través de mí y yo creo que eso es lo que nosotros debemos transmitirle a la gente”.
