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Músicos de la montaña

Indagar acerca de la música en Santa Elena, ha sido un recorrido por historias diversas que hablan de fiestas familiares, bailes, días de la madre, serenatas a la luz de la luna, tapetusa, matrimonios, romerías, y fiestas parroquiales.

En este recorrido encontré algo común: la mayoría de los músicos que hacen parte de este mosaico musical no estudiaron música en una escuela o academia. Aprendieron de oído. Algunos de ellos se enamoraron desde pequeños de un instrumento y viendo y oyendo a los mayores fue que aprendieron y formaron grupos entre familiares y amigos.

Música popular, parrandera, guasca, tropical, pasillos fiesteros, marchas, valses, bambucos, porros y cumbias han sido interpretados por estos músicos naturales; La mayoría dice que “lo traen en la sangre”, lo heredaron de sus ancestros.

Inicio con la presentación de tres de los músicos que ya se fueron de este mundo y que nos dejaron su melodía. 

Luis Fernando Hincapié H: Un músico inmortalizador de flores y de palabras. Autor, entre muchas canciones, del himno de Santa Elena.

Oscar Atehortúa Ríos: Pionero de los silleteros, líder en la recuperación del cultivo orgánico en la región, y por encima de todo músico; todos los días tocaba el tiple durante media hora por la noche: “Un tiple y un corazón son los saberes que tengo. Son mi bastón, mi bandera”.

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Luis Enrique Atehortúa Ríos: Organizó varios grupos musicales, entre ellos la estudiantina “los Silleteros”. También fue compositor de muchas canciones y se destaca el Himno al silletero que está publicado en español e inglés. Para conocerlo, lee “Guardiana de un gran tesoro”  de esta página.

Y estos son los músicos con los que he conversado desde el 2020 hasta el presente (2024) y que espero ir actualizando.

Los Ideales: Una organeta, un requinto, una guitarra eléctrica, un bajo, un güiro, y una batería interpretados por músicos naturales, y aunque en el 2020 estaban desintegrados por la pandemia, hay una historia que contar, en boca de don Luis Bernardo Soto quien estuvo a cargo de este grupo de oídos ideales.

Los Vásquez: Ubicados en el sector del mismo nombre, en la vereda Mazo, liderado por dos hermanos: Tulio Mario y Luis Ángel Vásquez, campesinos del territorio que han trabajado la tierra desde pequeños como parte de la herencia familiar; en la última década y con el apoyo de la Corporación Parque Arví han logrado hacer de su casa y de sus tierras un ejemplo para el cultivo orgánico en el corregimiento. 

Brisas del campo: Así como ese viento suave y agradable que mueve las hojas de los árboles y cambia de dirección, este es un grupo que se mueve, fluye, cambia y a veces se combina con otros grupos. 

Los Toños y la Toña: Sienten que toda Santa Elena los quiere, les motiva mucho y se sienten orgullosos. “Somos ante todo la humildad porque nos motiva mucho el cariño que la gente nos tiene y también nos sentimos orgullosos de que nos quieran tanto, como nosotros queremos esta tierra y su gente”

León Denis García zapata: Lo de él es la música y las flores. Desde muy joven fue juez de paz ante la corte suprema de justicia y en procesos de paz con la alcaldía de Medellín y la gobernación de Antioquia hasta que en 2013 “volví a despertar ese niño pequeño que hay en mí y entregarme a la música, y en el 2013 aproximadamente comencé la mudanza como tal, hasta el sol de hoy porque la música para mí, es el arte de vivir la vida y el camino más corto para llegar a Dios”.  

Tresillos: Es una de las agrupaciones más jóvenes de Santa Elena. Los han llamado “los triciclos”, “los trillizos” ya que muchos no sabemos que “tresillos”, según la real academia de la lengua, significa: “conjunto de tres notas iguales que se deben cantar o tocar en el tiempo correspondiente a dos de ellas.” 

Estudiantina Vereda El Progreso: Un médico jubilado y cinco campesinos que se sienten más del corregimiento que del municipio de Rionegro al que pertenecen administrativamente, juntados en plena pandemia, están educando y aportando al reconocimiento y apropiación social de la música tradicional como memoria y patrimonio del corregimiento.

Jorge Orlando Flórez zapata: A los 71 años, este   floricultor, campesino, ex soldado, silletero y músico natural con un gran recorrido por la música tradicional, pionero de músicos   y silleteros de la segunda generación de esta región,  continúa haciéndole honor a su apellido, cultivando flores, trabajando la tierra como le enseñaron sus padres y tocando la guitarra porque esa fue la herencia que recibió.

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Adán Atehortúa Patiño: De generación en generación, en su familia ha pasado el conocimiento de la tierra y sus cuidados y el de los instrumentos, ritmos y notas musicales. De labriegos y músicos naturales heredó el don de tener oído para toda clase de música, porque según él afirma: “el “oído nos enseñó”. 

Los Auténticos del Ritmo: Auténticos, porque como la mayoría de los músicos tradicionales del territorio cultural Santa Elena, son músicos naturales, que aprendieron a oído, como lo hicieron sus antepasados; y también como la mayoría, se fusionan, se enojan, se colaboran, se intercambian, se acoplan, según las necesidades de cada grupo.

Iván Ramírez Arboleda: Es un maestro de música y también un maestro de obra quien a pesar de haberse dado muy duro en serias caídas que le dejaron sus dedos torcidos y adoloridos, continúa trabajando en la construcción e interpretando diferentes instrumentos musicales, tiene una colección de ellos, y puntea y acompaña “de todo”.

Gerónimo Hincapié Valencia: Gerónimo con G es el joven pianista habitante de esta montaña, que sueña con ser psicólogo, comediante, estudiar ciencias marítimas o dedicarse al futbol, como arquero, es promesa de conservación de nuestro patrimonio musical, porque lo lleva en su corazón.

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